El concepto de acto voluntario es común a todo el ordenamiento jurídico. Para el Derecho en general como para el Derecho civil en particular, un acto puede ser psíquicamente involuntario, pero siempre que responda a la imputación normativa de voluntariedad, el mismo será considerado voluntario. Un ejemplo típico es la voluntariedad del acto celebrado con dolo, pero sin causar daño importante. En efecto, ya se verá que el acto doloso quita intención y, por ende, voluntariedad al acto; por ello es por lo que se anula el mismo.
FUENTE: ENCICLOPEDIA JURÍDICA OMEBA, TOMO I, A, EDITORIAL BIBLOGRÁFICA ARGENTINA